
Durante las décadas de los 80, 90 y principios de los 2000, los videoclubes fue parte de la historia de las familias argentinas, permitiendo alquilar esas películas que quizás ya no estaban en los cines y que querías volver a ver. En este artículo te contamos el origen, auge y de una época en la que ver la tele era todo un ritual.
Grabar la tele en los 90 era, para muchos, casi un arte. Un ejercicio de paciencia, de cálculo y de timing perfecto. No existían los botones de “grabar” en el celular ni los servicios de streaming que te dejan elegir qué ver y cuándo. No. En los años 90, si querías ver tu programa favorito más tarde, tenías que organizar todo con precisión quirúrgica. Y sobre todo, tener un VHS listo, espacio suficiente, y rezar para que nadie cambiara de canal a mitad de grabación.
Para quienes crecimos en esa década, grabar la tele en los 90 es sinónimo de nostalgia. Y si no viviste esa experiencia, quizás te parezca algo exagerado. Pero no. Era una verdadera aventura.
En este artículo, vamos a repasar cómo era grabar la tele en los 90, por qué era tan especial, qué equipos usábamos, qué cosas podían salir mal (spoiler: muchas), y por qué, a pesar de todo, lo recordamos con tanto cariño.
- ¿Qué significaba grabar la tele en los 90?
- Las dificultades de grabar la tele en los 90
- Programar una grabación: el desafío tecnológico de los 90
- Lo que grabábamos
- El arte de etiquetar y archivar
- El sonido ambiente y los errores clásicos
- ¿Y si querías editar?
- Los que vendían grabaciones
- El fin de una era
- ¿Qué nos dejó esa experiencia?
- ¿Y ahora qué?
¿Qué significaba grabar la tele en los 90?
La era del VHS
El rey absoluto de los 90 era el VHS. Los cassettes de video fueron la herramienta mágica que nos permitió grabar la tele en los 90. Había que tener una videocasetera (o VCR), esos aparatos enormes que muchas veces compartían lugar con el equipo de música y el televisor en el mueble del living.
Las videocaseteras venían con funciones básicas: reproducir, rebobinar, pausar, adelantar y… grabar. Pero grabar la tele en los 90 no era tan simple como apretar un botón. Tenías que estar muy atento.
¿Cómo se grababa?
Primero, se insertaba un cassette virgen (o uno usado que ibas a “sacrificar”). Luego se seleccionaba el canal que querías grabar desde la videocasetera misma o desde el televisor, dependiendo del modelo.
Muchos equipos venían con la posibilidad de programar la grabación. Es decir, dejabas todo listo y la videocasetera se activaba sola a la hora exacta. Pero claro… si te olvidabas de ajustar bien el reloj interno del VCR, podías terminar grabando la misa del domingo en lugar del capítulo final de “Los simuladores”.

Las dificultades de grabar la tele en los 90
El espacio en el cassette
Grabar la tele en los 90 también implicaba estar pendiente de la duración del programa y el modo en el que ibas a grabar: SP, LP o EP. Cada uno ofrecía distinta calidad y duración. SP era la mejor calidad pero duraba menos. EP permitía grabar hasta 6 horas, pero la imagen se veía bastante peor.
¿Te quedaste sin cinta a la mitad del programa? Una tragedia. A veces, tenías que rebobinar un cassette viejo y grabar encima. Claro que eso también implicaba decirle adiós para siempre a ese casamiento familiar que había sido grabado años atrás…
Las interrupciones “accidentales”
Una de las cosas que más molestaban al grabar la tele en los 90 era cuando alguien, sin saber, cambiaba de canal mientras vos estabas grabando. Automáticamente, tu grabación se arruinaba. O peor: cuando alguien apagaba la tele sin darse cuenta que la videocasetera seguía trabajando en silencio.
También estaba el clásico: alguien entraba a la pieza, veía que estabas grabando y decía “¿Qué estás haciendo con esa porquería de cinta? ¡Eso no se usa más!”. Listo, te borraban todo.

Programar una grabación: el desafío tecnológico de los 90
No todos sabían programar una videocasetera. Muchos adultos directamente lo evitaban por miedo a tocar algo y romperlo. Los más chicos, en cambio, aprendíamos rápido y nos convertíamos en los técnicos de la casa.
Programar una grabación era como resolver un acertijo: ponías la hora de inicio, el canal, el día, la duración… y esperabas que el VCR lo entendiera. Si todo salía bien, era una maravilla.
Pero si te equivocabas en un número, perdías todo. O peor, grababas algo que no querías. Por eso, grabar la tele en los 90 era casi como una apuesta. Un juego de suerte y cálculo.
Lo que grabábamos
Dibujos animados y series
Una de las principales razones para grabar la tele en los 90 era guardar los dibujitos que daban en horarios imposibles. Si los pasaban muy temprano o cuando estabas en la escuela, no quedaba otra que dejar la videocasetera lista y cruzar los dedos.
También se grababan series, películas del cable o programas especiales como recitales, entregas de premios, documentales, etc.
Muchos armaban su propio “Netflix casero” con cintas etiquetadas a mano: “Los Caballeros del Zodiaco – Parte 1”, “Los Simpson – Episodios graciosos”, “Titanic (grabado de Telefé)”.
Recitales y programas especiales
Otra gran motivación para grabar la tele en los 90 eran los recitales. MTV, MuchMusic o incluso la televisión abierta pasaban shows de bandas que hoy son legendarias. Tener uno de esos shows grabado era como tener un tesoro.
También se grababan los programas tipo “especial de fin de año”, las peleas de boxeo importantes, el mundial, los partidos históricos.
El arte de etiquetar y archivar
Grabar la tele en los 90 no terminaba cuando se apagaba la videocasetera. Había una segunda etapa: etiquetar y guardar el cassette.
Muchos usaban etiquetas adhesivas, pero también era común escribir con fibrones directamente sobre el plástico del VHS. O hacer papelitos con carátulas caseras. La organización variaba según la persona, pero todo amante de grabar sabía exactamente dónde estaba cada cinta.
El sonido ambiente y los errores clásicos
Gente hablando de fondo
A veces, alguien hablaba cerca del televisor mientras vos grababas y ese ruido quedaba registrado en la cinta. ¿Quién no tiene un video donde se escucha de fondo a la abuela diciendo “¿Qué hora es?” mientras canta una banda en la tele?
Cortes abruptos
Otro clásico de grabar la tele en los 90 era que el programa empezaba antes o terminaba después del horario previsto. Así que muchas veces te perdías el final, o arrancaba con la mitad de una escena. Por eso, muchos ponían a grabar unos 5 minutos antes y dejaban 10 después “por las dudas”.
¿Y si querías editar?
Hoy abrís una app y cortás un video en segundos. Pero en los 90 editar una grabación era un lío tremendo. Había que tener dos videocaseteras (sí, dos), y copiar de una a otra. Y para cortar una parte, tenías que calcular el tiempo exacto y pausar en el momento justo.
La calidad se perdía, claro. Cada copia era un poco peor que la anterior. Pero si lo lograbas, podías hacer tus propios compilados. Algunos incluso grababan los videoclips y los armaban como si fueran DJs visuales.
Los que vendían grabaciones
En algunos barrios, había gente que te vendía series o películas ya grabadas. Ibas a su casa, te mostraba una lista escrita a mano, y elegías qué querías. Por supuesto, era totalmente informal, pero así muchos veían películas que no estaban en el videoclub.
El fin de una era
Grabar la tele en los 90 empezó a desaparecer cuando llegaron los DVD, y después las computadoras, los pendrives, los servicios de streaming y la nube. Hoy todo está a un clic de distancia.
Pero esa época dejó una marca. Una forma de consumir contenidos mucho más activa y presente. Nada era automático. Había que estar ahí, prestar atención, hacer lugar en la cinta, etiquetar, rebobinar, compartir.
¿Qué nos dejó esa experiencia?
Grabar la tele en los 90 nos enseñó varias cosas:
- A ser pacientes.
- A valorar el contenido.
- A organizar mejor nuestro tiempo.
- A entender la tecnología, aunque sea básica.
- Y sobre todo, a crear recuerdos que hoy siguen vivos.
Muchos todavía guardan esas cintas en algún rincón del placard. Tal vez ya ni tengan videocasetera, pero no las tiran. Porque grabar la tele en los 90 no era solo tener un programa guardado. Era vivir una época donde todo se sentía más artesanal, más físico, más real.
¿Y ahora qué?
Si tenés cassettes VHS en tu casa con grabaciones de los 90, una gran idea es digitalizarlos. Hay servicios especializados que te permiten pasar ese contenido a formato digital. Así lo podés guardar, compartir o incluso subir a YouTube.
Y si sos de los que nunca vivieron esa etapa, pero te da curiosidad, buscá algún viejo VCR y probalo. Te vas a sorprender de cómo algo tan simple podía generar tanta emoción.
Grabar la tele en los 90 fue parte de una cultura que ya no existe, pero que muchos llevamos en el corazón. Era una mezcla de tecnología, paciencia y creatividad. Y aunque hoy tengamos miles de opciones para ver lo que queramos, cuando queramos, nada se compara con esa sensación de haber logrado grabar justo lo que querías… y que haya salido bien.
Así que si alguna vez te preguntás por qué alguien guarda aún esas viejas cintas, ya sabés: están llenas de historia. Y de una magia que, por más moderna que sea la tecnología actual, ya no se repite.
Si te interesa digitalizar tus cassettes de VHS con filmaciones familiares y guardarlos en Pendrive, DVD o en La Nube, te podemos ayudar. Dejanos tu mensaje en el formulario o escribinos por Whatsapp 1164423939 y te contactaremos para coordinar. hola@digitalizando.com.ar